Por Felipe Sepúlveda - @SepulFeli
Impresionante nuestra naturaleza, impresionantes nuestros colores, impresionante el regalo de haber nacido y vivir en esta tierra, impresionante la magia. Magia que realmente nos obnubila con una neblina espesa que llega hasta nuestro corazón y nuestras mentes.
Al parecer, cada persona que ha visto MAGIA SALVAJE ha tenido un delirio frenético por nuestra Colombia, patria enarbolada por éxitos difusos y una naturaleza hermosa, que innegablemente, es nuestro mayor tesoro, nuestra tierra.
MAGIA SALVAJE ha permitido reencontrarnos de una forma espectacular con la belleza de nuestra fauna y flora, con la riqueza de nuestra tierra, inmensa y poética, de hecho nos llena de patriotismo y unas ganas inaguantables por conocer, recorrer y consumir literalmente nuestro entorno. El efecto publicitario es efectivo y contundente.
A través de este viaje por nuestro territorio conocimos especies de la fauna maravillosas y tiernas a la vez "pechichonas" como se dice en el caribe colombiano; no obstante, fueron excluidas especies que han venido procreándose en estos últimos siglos: elefantes blancos, sanguijuelas, mamuts, conejos, camaleones de corbata, entre muchos más. Algunos como yo, esperamos atentos si aparecían en MAGIA SALVAJE, pero no fue así, por lo que me embargó la tristeza.
Nuestra selva urbana y semi rural ha recibido un embrujo muy especial por parte de estas especies. Se nota porque expele olores corruptos, de tamal trasnochado y alcohol bajo las temperaturas agrestes de la sequía, detrás de caravanas politiqueras. Estas especies, depredadoras de todo color y belleza de la naturaleza, han logrado una adaptación increíble y una dominación de especies menores. Sus estrategias en épocas "electorales" son las más depravadas y descaradas. Sus formas de empatía con la naturaleza, se glorifican en la escalada minera y el desplazamiento de campesinos hacia grandes urbes, el color se desvanece poco a poco. Sus nidos son construidos con los residuos de los esfuerzos de quienes perecen ante su devastadora sevicia, un embrujo se ha lanzado en todo el territorio y el nido se hace tan fuerte como el nogal de la sabana cundiboyacense.
En efecto, así como las especies dialogan y disfrutan de su entorno, de igual forma somos testigos de cómo otras nos embrujan por todos los medios... Caudillos manteniendo sus genes desde altas curules mientras todos vivimos bajo la neblina de un embrujo realizado por SALVAJES.
¡¡¡VIVA COLOMBIA, VIAJA POR ELLA!!!
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