¡TERMINÉ LA MEZCLA!… ¿Estás seguro?
¡TERMINÉ LA MEZCLA!… ¿Estás seguro?
Por Pedro Garzón – @garzonproductor / www.sonidostudio.co
Ese maravilloso momento de la vida de un productor musical o ingeniero de sonido al mover por última vez el master fader de tu sesión y das por sentado que los días invertidos en la preproducción, sesiones interminables de capturas, y horas agotadoras frente a tu DAW tomando las decisiones cruciales en la mezcla llegaron a su final, inclusive al leer este artículo es innegable que cada momento de esos lo tienes grabado en tu mente en cámara lenta, con aquella sonrisa de triunfador…pero realmente ¿estás seguro?.
Es normal sentirnos agotados com si hubiéramos preparado un transbordador espacial, no es lo menos; después de canalizar las energías de un grupo de 6 músicos o para el mejor de los casos, 12 a 14 músicos de una orquesta con su staff de producción, de lidiar con las decisiones técnicas, que ‘par espaciado’, que ‘x/y’, que la ecualización, la compresión, las reverberaciones, el posicionamiento de los músicos y transductores, que la espacialidad, cuantizaciones, los gates, los niveles, los clips, la saturación, las fases, las frecuencias, la interconexión de todo el equipamiento, el tiempo, el presupuesto; son tan solo algunas cosas que hemos manejado al terminar el proceso; en retrospectiva si se ve un poco difícil, es porque efectivamente lo es.
Por lo general cuando damos por terminado el proceso de mezcla, es seguido por lo menos de dos correcciones con el artista o la banda; es importante hacer la retroalimentación con 1 ó 2 integrantes del grupo (pueden ser el arreglista y el director), porque puedes enloquecer si 10 miembros del equipo te dicen a qué subirle o bajarle, y en la mayoría de esos casos, diferentes miembros del grupo piden cosas opuestas y llegan a contradecirse. En este punto sólo te puedo decir, paciencia, seguridad al exponer tus criterios, siempre a favor del lenguaje que acordaron al inicio del proyecto.
Revisar cada pequeño detalle, cuando tenemos sesiones con demasiados tracks verificar que alguna sección o canal no haya quedado en mute o con alguna inserción indeseada, que haya sido la toma escogida, etc. (Hacer las anotaciones respectivas en los comentarios de cada canal te ayudará minimizar esos errores). Sacar ese bounce y hacer las pruebas pertinentes en cualquier cantidad de speakers, reproductores, sistemas de audio, pruebas en mono ó audífonos tengas a la mano. Después de ese ejercicio seguramente harás algún otro pequeño ajuste a la mezcla.
[Lee también el artículo A Grabar el disco, ¡necesitamos un productor!]
No voy a entrar en la discusión de los parámetros de lo que hace buena a una mezcla, pero sí en lo que la hace mala:
- No puedes escuchar uno ó más instrumentos o voces adecuadamente.
- La fidelidad es pobre, se pierden frecuencias o hay tracks fuera de fase.
- La mezcla no traduce, es posible que suene bien en tus audífonos pero no de esa manera en otro sistema.
- Problemas de fase, si algunas voces desaparecen al reproducir en mono.
- Pérdida del rango dinámico.
Recuerda que en la etapa final del proceso al mezclar un disco o canción, cualquier ajuste que soliciten por pequeño que sea, hará necesario que reajustes algunos otros canales o plugins que ya tenías bien, por eso es muy delicado hacer cambios bruscos en la parte definitiva. Después de revisar con lupa todos estos detalles artísticos y técnicos, ahora sí podrás tener una “última” revisión con tu artista y el equipo, seguramente en ese instante si llegara a salir alguna corrección será muy pequeña y se hará en ese mismo momento, aquí entra muy bien una frase que le escuché al reconocido productor Juancho Valencia de Puerto Candelaria “Un disco nunca se termina, uno simplemente lo abandona”.
Por último con calma, en la soledad del estudio re escucha nuevamente todo el disco antes de enviarlo al estudio de masterización. Sólo después de que ese álbum o canción esté de regreso del mastering, con los discos prensados, subido a las plataformas digitales y con el trabajo de comunicaciones iniciado, solo…solo en ese momento podrás afirmar categóricamente: ¡Terminé la mezcla!.