“(…) pero cuando empezamos la investigación era imposible no pensar en Chocó como una mujer rica, que está buenísima, que es deliciosa, que tiene mucho talento y en medio de su geografía es hermosa y es deseada por todo el mundo. Todo el mundo viene, la corrompe, se aprovecha de ella pero nadie le deja nada.…” Johny Hendrix, Director de Chocó en entrevista para el Gran Ojo (web).
Un país que goza de su diversidad medioambiental, de su diversidad cultural, de su diversidad lingüística, entre otros, paradójicamente es un lugar que se ha sumido en el más profundo deseo de llenar las arcas personales a costa del ultraje, del olvido, de la destrucción de la memoria histórica de sus comunidades, de dar el espaldarazo ante la violación diaria de sus mujeres y niños, del desmembramiento y de la expropiación de los bienes naturales de la nación. De esta manera, no sólo podríamos introducirnos a la historia de un departamento como Chocó, sino de todo un país.
En este caso Chocó, película de Johny Hendrix (próximamente en salas de cine en Colombia y desde ya recomendada), quien ha sido productor de varias películas, entre ellas el Dr. Alemán y director de Saudo, pone en boca de todo el mundo, desde el cine, a esta región del país. Evidenciada en la historia de esta mujer que en compañía de su pareja, familia y vecinos casi que detallan con gran precisión, el diario vivir que sucede en diferentes lugares de este hermoso y rico departamento. El punto es que Chocó como departamento siempre ha dado a luz a grandes de la historia colombiana, desde pensadores, escritores, cantantes, bailarines y deportistas, que sólo han quedado relegados en aras del divertimento al igual que toda su riqueza natural en aras de llenar los bolsillos del mas ávido politiquero.
Chocó, mujer que firmemente sigue adelante, mujer que vive el día a día con esperanza, mujer que de alguna manera refleja un gran porcentaje de las mujeres de Colombia y Latinoamérica, que son abusadas y negadas como ciudadanas participativas y constructoras de comunidad, que su sexualidad no le pertenece y que su pensar no existe, nos retrata como sociedad. Caracterizada por una mujer que habita este lugar, nos lleva con naturalidad a sentirla y sentir la experiencia de las mujeres de la región, sino también, la región misma.
Chocó no es solo música, no solo es el 90 % de Afros, hay más y más y más, como que a diario, por nuestra propia ignorancia y desentendimiento como colombianos, dejamos que se la lleven a pedazos, que la naturaleza se muera en cantidades alarmantes, que los árboles sean llevados en helicópteros a países alejados, que las comunidades indígenas sean desplazadas de sus tierras y de sus arraigos culturales, para tratar de recibir una moneda en cualquier puente peatonal de la capital u otras ciudades principales del país recibiendo nuestra evasión. Que sus jóvenes sean llevados desde temprana edad para empezar largas jornadas de entrenamiento, esperando un pequeño sueldo que cuando se convierte en diez veces más, no se sabe que hacer ya que no se les ha brindado herramientas significativas para nutrir su gusto por el deporte con los libros y la educación y llevar más allá el sentido del trabajo por el dinero y el placer; que a diario se vende la tierra a precio de huevo con tal de tener algo para comer; que al igual que Chocó, protagonista y mujer, ha sido violentada por hombres que con promesas de bienestar, futuro y desarrollo, se han robado todo, llenando de desesperanza a sus habitantes, que sólo esperan el politiquero de turno, para ver si en esta ocasión si habrá trabajo; y más y más y más.
Chocó, la película, es una oportunidad de seguir revisitándonos como colombianos, como parte de la naturaleza, como parte de una sociedad que reconoce a sus mujeres en la construcción de sí mismas, y que su voz y pensar son igualmente importantes como la de los niños, niñas, abuelos, abuelas y hombres. Alguien por ahí dice, “todos somos uno” y Chocó hace parte de esta nación y por siglos ha exigido ser visible a pesar de tener altos niveles de pobreza extrema y de las adversidades que se presentan actualmente gracias a las regalías que recibirán. Su visibilidad se denota por la cantidad de dinero que puede circular y en manos de quien puede parar, mas no, por la riqueza cultural y biodiversa que siempre ha estado allí para todos, para el mundo.
Por: Felipe Sepulveda Martinez. Artista Plástico y Visual / Diseñador Grafico. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.