El sinsentido de las mermadas interpretaciones de la realidad, es poco valiosa cuando se expresa en voz alta; es como cuando uno dice por error lo que piensa y hace el ridículo, o como cuando uno calla y otorga por obligación una razón ajena. Pero, el problema no es objetar en conciencia o agachar la cabeza, sino la ambigüedad al si quiera dudar en la elección.
Además, es absurdo que la gente, en su gran mayoría, asuma como propia la opinión de los medios, que resulta haciendo réplica en las redes sociales, donde todos se preocupan, todos se suman, todos hacen obras bondadosas con un ‘like’, todos son revolucionarios, activistas capaces de emitir juicios y, hasta fanáticos nacionalistas ondeando esvásticas en nombre del uribismo, la policía y las fuerzas militares. Por eso, por ejemplo, es que ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos se niegan las desapariciones de la retoma del Palacio de Justicia, para no parecer ante el mundo como un país medieval con fuero militar, para justificar el uso abusivo de las armas y el poder, porque quienes lo hacen, saben que tiene el aval silencioso de un pueblo sumiso y manipulado que sabe que muchos de esos astutos de cuellos blanco están presos, que son criminales, pero al fin de cuentas, pillos justificados políticamente con la apariencia de caudillos patrioteros.
También es absurdo que el Ejercito Nacional siga haciendo reclutamiento forzado en las calles, aún, después de que la Corte Constitucional fijara en la Ley 48 de 2011, que son prohibidas las batidas y redadas indiscriminadas en lugares públicos, como si no fuera suficiente la –poco ética– propaganda guerrerista dirigida a niños y adolescentes en la televisión, en los colegios, en las calles y en la Internet, en que se invita a ser parte de las filas represivas del Estado, prometiendo un futuro mejor y estabilidad, como máscara para apuñarse en contra de la protesta social, de la privacidad, de las libertades, para agredir y asesinar, para atemorizar y abusar de la autoridad. [VER CARTA ABIERTA DE ROGER WATERS - LLAMADO AL BOICOT CULTURAL]
Y cómo no van a pasar situaciones como estas ante la mirada inerte de las personas, si todo el tiempo están recibiendo la apológica invitación al delito, a la corrupción, a la delincuencia, al narcotráfico, a la prostitución física e ideológica, y ahora, hasta al paramilitarismo; nótese cómo RCN ya llegó al extremo de su politización al rendir tributo a los más sanguinarios mercenarios de la historia reciente del país, a los autores del descuartizamiento humano con motosierra, del desplazamiento forzado, de los miles de cientos de desapariciones y fosas comunes. Es absurdo, tan absurdo, como que después de la –supuesta– desmovilización de las AUC (hoy llamadas bacrim), todavía hoy existan más de 1.195 hectáreas de tierra robadas impunemente por los hermanos Castaño a los campesinos en Antioquia, Magdalena y Chocó, que aún hoy, están en manos de poderosos terratenientes y empresarios que obtienen beneficio mediante el chantaje y la amenaza, gracias al legado de terror paramilitar que logró también cooptar todas las ramas del Estado en todos sus niveles.
Sin embargo, resulta también absurdo entender que no hay vuelta atrás, saber que denunciar, protestar y buscar un cambio es una contradicción, tan absurda, como ver a diario a los mismos leguleyos pescando en rio revuelto, entablando estériles diálogos de paz, aprobando o desaprobando leyes y preparando el camino para seguir devastando todo aquello diferente a ellos; pero, aún más absurdo que todo esto, es negar la dimensión del asunto.