Por Diana Cristina Chiari y Miguel Corzo Fajardo
Fotografía por Nazly Puentes
Ante la mirada de un público inquieto en A SEIS MANOS, en el corazón de Bogotá, el pasado 11 de marzo, el maestro Carlos Latorre presentó su obra SOL RAC (como parte de su propuesta DANZA OM TRI), una coreografía que permite descifrar un discurso subjetivo, inmerso en un contexto posmoderno, metafórico y crítico, interactuando con las emociones expresadas en su corporalidad, con inesperados cambios musicales y con un juego visual de texturas, luz, sombras y la sutil intención de la reflexión de cambio interior desde los sentidos.
“Es una coreografía de un cuerpo inspirada en la mitología precolombina sobre el origen de la luz. Esta propuesta deviene de un proceso anterior: Cosmogonía de la luz.” El artista, trata de descifrarse como un ser que diverge del contexto moderno en que transita el ser humano condicionado a los hábitos negativos sentenciados por la indiferencia, las creencias y simbolismos temporales de bienestar superficial, de los que sólo algunos logran purificarse. Él cuestiona e induce desde su obra a un viaje introspectivo individual en la búsqueda de lo intangible humano, a través de espejos espirituales maravillosos que contienen la fuerza para llegar al verdadero ser. “El chamanismo podría ser un camino para estos tiempos extraños; al danzar, la danza, mi danza, descubro que la utopía de la libertad y la ascensión espiritual, son los caminos que nos pueden salvar de la nada y del mal que reina en el mundo del hoy.”
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La obra se fecunda a partir de dos personajes: ‘Guerrero de la Luz’ y ‘Ser Citadino’; ellos se enfrentan y se retroalimentan como un reflejo de un sabio silencio al inicio y al final de su puesta en escena, en medio de sonoridades que, según Latorre, son de origen indígena y urbano (compuestas por Diego Rozo), las cuales definen sus movimientos, induciendo al involucrado, a la experimentación de nuevas formas de comprender su realidad. Estos dos personajes, como símbolos dentro de la dramaturgia dancística, representan, en medio de colores fríos y cálidos intencionales, la abstracción del movimiento y la caracterización alegórica, para construir una historia sentida y contemporánea acerca del vacío del ser moderno. Sus elementos escénicos son un Bastón, una Tela y una Capa, obedeciendo a los símbolos del chaman, del rio y del espíritu, contrastados con la indumentaria del ser citadino.
La interpretación propuesta por el bailarín actor se fundamenta en el ritual, como repeticiones sagradas que buscan una armonía natural cósmica entre el caos y la imaginación, mediante el danzar.
Conozca más acerca de este artista, en: www.danzaomtri.com