Por Dr. Rock - @drrockco
Cuando el director de esta revista me contactó para ver si quería escribir algo sobre Maelo la verdad me emocioné mucho y aunque no soy especialista en salsa tampoco soy un ignorante del tema, y lo que pretendo a continuación es rendir un homenaje sincero y demostrarle mi cariño a este hermoso negro, uno de los mas grandes cantores de la música en general.
Descubrí la música de Ismael Rivera por allá en 1967. Abandoné la casa paterna desde muy joven y cuando comenzaba a recorrer los tortuosos caminos de la vida, uno de esos senderos me llevó a un sitio de los bajos fondos frecuentado por gente de la raza negra en Bogotá, allí con pedazos de canecas metálicas, un colorido bigotón vallecaucano a quien llamaban el “Maestro Ricar” cantaba “Perico”, “Alegría y Bomba” y el “Negrito Bembón” acompañado por el negro Mena y el negro Renteria en coros y claves, aclaro que no eran músicos profesionales, después pusieron los discos de Cortijo y así, conocí la “melodía” como la llamaban aquellos personajes que jamás en mi vida volví a ver.
De albañil a cantante
Para referirse a los tamboreros, generalmente se usa la expresión coloquial de “ese es el que toca los tarros”, en el caso de Ismael Rivera, en algún momento de su vida eso fue literal. Sí, Maelo desde muy chico dejó ver su talento para la música y en su hogar debían escucharlo tocando tarros con palitos. En su adolescencia aprendió la ebanistería y albañilería con su abuelo con lo que se ganaba sus pesos para ayudar en la economía hogareña.
Las playas de Santurce, donde nació, suburbio de Sanjuán, eran el nicho donde se reunían para dar rienda suelta a sus emociones musicales los cultores campesino-playeros del folclor puertorriqueño, de allí salieron muchos músicos, el gran Daniel Santos, uno de ellos. En estos vacilones Maelo hizo amistad con Rafael Cortijo a quien el mundo conoció por su apellido, él fue su mejor socio musical, su compadre y amigo de toda la vida. Desde entonces Cortijo trató de convencer a Maelo que lo suyo era cantar y los dos se unieron al Conjunto Monterrey de Panchito Muley, Cortijo como bongosero y Maelo como conguero en 1948.
[VER DANIEL SANTOS: AL JEFE SE LE OBEDECE]
Se enroló en el ejército americano en 1952 de donde fue descargado por su poca habilidad con el idioma inglés. Acompañado de Cortijo se unió a la Orquesta Panamericana de Lito Peña donde comenzó a cosechar sus primeros éxitos como cantante: “El Charlatan”, “La Vieja Con Camisa” y “La Sazón De La Abuela” dan buena cuenta de ello. Por un lío de faldas, el maestro Peña lo sancionó pidiéndole no hacerse presente en un toque, Rivera no volvió nunca mas. Hay que dejar claro que Maelo gustaba de las mujeres y que se había casado en 1951 con Virginia Fuente con quien tuvo 5 hijos, se recuerda su romance con Gladys Serrano quien era mujer de Daniel santos.
En 1954 Cortijo lo llamó para que se integrara a su Combo, sacrificó los $55 a la semana que ganaba en la obra con su abuelo por los meros $34 que recibía por cantar, pero valió la pena. Con Cortijo y Su Combo la cosecha fue fructuosa, “El Bombón De Elena”, “Besito de Coco”, “Yo Soy Del Campo”, “Quítate De La Vía Perico”, “El Negrito Bembón” y “Maquinolandera”, esta última compuesta por Doña Margarita, su madre.
Maelo sacó de la playa el folclor puertorriqueño, lo urbanizó, la Bomba y la Plena dejaron de ser pura percusión y coros, de alguna forma logró extender el fraseo y agregar con la parte vocal elementos que se convirtieron en raíces de la Salsa, su estilo de cantar marcó las condiciones a las que años después se ajustaron cantantes como Lavoe o Blades. El éxito de Cortijo y Maelo los llevó a Nueva York alternando con orquestas como las De Tito Puente, Tito Rodríguez o Charlie Palmieri, vinieron giras por Centro y Sur América y Europa, en 1959 participaron en la película “Calipso” con Harry Belafonte.
De muerto no tengo na’
En sus giras por Sudamérica habían conocido las drogas y era costumbre de los músicos de la banda, cada vez que venían por estas tierras, encaletar en sus instrumentos algunos puchitos para su consumo personal, pero las autoridades ya les tenían el ojo encima y en 1962 cuando regresaban de Panamá les echaron el guante, Maelo se portó como todo un varón y no se fue de sapo, para que no se “jodieran” todos prefirió echarse la culpa él solo. Le clavaron cuatro años que pagó en una prisión en Lexington, Kentucky. Este suceso cambió la vida de todo el Combo, A cortijo se le cerraron las puertas y fue Rafael Ithier quien mantuvo viva la onda con la creación del Gran Combo. Cortijo nunca superó el sentimiento de culpa que le generaba saber que su mejor amigo se había sacrificado por todos ellos. En la Gran Manzana nadie quería ser asociado con Rivera o Cortijo, así nuestro negrito formo su propia orquesta: Ismael Rivera y Sus Cachimbos, el gran Bobby Capó, motivado por el canazo compuso para Maelo “Las Tumbas” en la que refleja las ansias de libertad que se viven en el encierro.
El mundo lo conoce como “El Sonero Mayor” y aunque muchos afirman que fue Bennyy Moré quien le dio el título, el mismo Rivera aclaró en una entrevista que fue el cubano Angel Maceda, productor y dueño del Club Casino Bronx quien para resaltar la introducción que hacia de él, utilizó este calificativo. Los Cachimbos duraron 8 años y después Rivera se fue en solo y de su cosecha post-cana quedaron grandes temas como “El Incomprendido”, “Las Tumbas”, “Sale el Sol”, “Mi Negrita Me Espera”, “Satélite”, “No Soy Para Ti”, “Piedras”, “El Nazareno” o una que me identifica “El Incomprendido” para nombrar poquitas, y quienes antes le habían cerrado las puertas no tenían mas remedio que reconocer su grandeza y reverenciar su nombre. En 1979, compartió con Bob Marley en París en una de sus últimas presentaciones.
Rafael Cortijo, su incondicional amigo, falleció en 1982, para despedirlo se organizó un toque el Coliseo Roberto Clemente de San Juan donde se presentaron grandes de la salsa, fue tanta la emoción en Maelo que una crisis nerviosa se apoderó de él hasta el punto que perdió la voz y no pudo cantar aquel día. En sus últimos años lo afectó un cáncer de garganta y falleció de un infarto en 1985.
Caras lindas de gente negra
Orgulloso del color de su piel, ninguno como él para cantarle a su raza, “El Nazareno”, “Las Caras Lindas”, “Mi negrita Me Espera”, El Negrito Bembón” son canciones de raza, que lo colocan al mismo nivel de Bob Marley, Fela Kuti, James Brown o Joe Arroyo. Cuando uno lo oye cantar siente la vibración que está cantando, no un negrito bueno, sino un hombre bueno. Participó como peregrino durante 10 años consecutivos, de 1975 a 1985 en las procesiones del Cristo Negro en Portobelo, Panamá, lo cual se refleja en “El Nazareno”, que en este caso es un redentor negro. “El Nazareno me dijo que cuidara a mis amigos……”. En panamá lo llamaban el “brujo de Borinquen”
Rivera dedicó mucho tiempo a la creación de un museo para resaltar la contribución de la raza negra a la cultura de Puerto Rico. El 5 de Octubre de 2008 el gobernador de Puerto Rico firmó un decreto en el que establecía esta fecha, su cumpleaños, como día conmemorativo del natalicio de Ismael Rivera.
No es reconocido como compositor a pesar de haber compuesto algunos temas, lo mas reconocido de su repertorio fue escrito por Tite Curet Alonso y por Bobby Capó, quien le tenía la medida y escribía canciones para él.
El episodio de la cana lo marcó para siempre, algún día en Venezuela dijo esto al salsólogo Cesar Rondón “Debo decirlo soy un malandrito y siempre he sido un malandrito y Dios quiera (que por entrevistarme) que no se te dañe el programa”. Tranquilo Maelo, Ud no es el único incomprendido, los malandritos somos muchos y aunque no lo seamos en la realidad, así nos ven.
Ismael Rivera me ayudó a descubrir el negro que llevo por dentro y dedico este artículo a Diana y a Yudy, las negras lindas de mi vida.