Por Diego Pinzón - Diseñador sonoro y compositor de la agrupación Man On The Living Road www.manonthelivingroad.com
Cortesía www.lacaseteria.com
Cuando Geary Yelton le pregunta a Gary Numan sobre si prefiere los procesos análogos o los digitales, este último menciona: “Todo se resume a hacer sonido. ¿A quién mierda le importa si es digital o análogo? ¿Software o hardware? A mí no me importa.”. A pesar de estar disponibles herramientas de audio de nivel competitivo en Colombia, todavía nos encontramos en la pelea del hardware vs software, en la lucha sobre qué equipo de audio es el mejor o, incluso, sobre cuál es el peor. Es una experiencia común al manejar distorsiones para guitarra con una conexión directa a la consola front of house (la que brinda la mezcla hacia el público) que técnicos, ingenieros u otros artistas me digan: “¿por qué no conecta la guitarra al amplificador x, que es buenísimo?”. Rara vez la pregunta está dirigida a qué tipo de música hago o por qué haría este tipo de conexión.
He visto que en obras de carácter personal, donde el discurso de la obra se centra en la originalidad, el trabajo se resume en un uso indiscriminado de presets, ya sea con loops, parámetros de procesamiento, sonidos, etc. Pero mi pregunta es: ¿un diseñador sonoro que hizo estos presets tiene los mismos antecedentes musicales del artista que los utiliza? Internet nos ha brindado la posibilidad de encontrar información sobre la implementación de tecnologías, muchas veces de forma gratuita. ¿No es irónico, por ejemplo, utilizar presets en un sintetizador, un instrumento construido para crear sonido?
¿Hay herramientas mejores o peores? Yo creo que no. Hay elementos con diferentes grados de eficiencia, en donde lo que ahorraremos es tiempo y energía, ya sea en conexionado o procesamiento. Esto es debido a que los elementos básicos del sonido con los que trabaja cualquier procesador de audio son los mismos: dinámica (conocido más popularmente como volumen), envolvente (cómo la dinámica se modifica a través del tiempo), tiempo y frecuencia.
Las herramientas no nos hacen la tarea, nos permiten lograr esa meta artística de forma más eficiente.
Sin embargo, con lo anterior no me refiero a que mantenerse informado y actualizarse sobre metodologías o herramientas se tenga que dejar de lado. Toda información es bienvenida. Pero no hay que perder de vista que en el hacer está la clave y que la composición debe ser prioridad. Es nuestra experiencia personal sobre el barro digital(o análogo o el que prefiera), lo que moldea nuestro trabajo.
¿De qué lado se siente usted? Ahora un breve cuestionario:
1) ¿Se siente más ansioso por comprar un nuevo equipo que por sacar un nuevo riff?
2) ¿Le gusta cómo suena lo que hace, pero le preocupa que no lo hizo en un equipo
análogo?
3) En una comparación A/B ¿le preocupa si no encontró la diferencia?
4) ¿Cuántas horas dedica usted al día para conocer un equipo y cuánto tiempo dispone
para mezclar, producir o realizar una maqueta?
5) ¿Le incomoda no saber sobre un equipo o sobre una banda?
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