Por Carlos Silva
Como muy bien lo cita en su libro Bob Katz, la ecualización en Mastering es un proceso que requiere, la mayoría de las veces, un manejo excepcional en el arte del compromiso por parte del ingeniero.
Pero realmente ¿qué quiere decir esto? El proceso de ecualización tiene toda su fundamentación en qué tan buen diagnóstico de la mezcla haya hecho el ingeniero. Antes de ecualizar se debe conocer con total certeza qué le falta o qué le sobra a una mezcla en términos de espectro en frecuencia. Para poder adquirir la habilidad de diagnosticar con precisión una mezcla necesitamos varios elementos:
Sistema de monitoreo preciso con una sala debidamente adecuada acústicamente. Esto con el fin de evitar que la respuesta del sistema se vea modificada por alguna impresición de la sala.
Si ya se tiene un sistema de monitoreo de altas prestaciones y una sala debidamente adecuada, se debe tener una cadena lo más transparente posible entre el DAW (Digital Audio Workstation) y el sistema (cables y convertidor D/A).
Conocer muy bien el género que se está trabajando y estar en completa sintonía con la intención de producción musical establecida desde el principio.
Varios tipos de ecualizadores que nos permitan tener varias opciones al momento de ejecutar el proceso según diagnóstico. Personalmente, recomiendo por lo menos tener un ecualizador digital de fase lineal con opción de mid-side, y otro ecualizador análogo que me permita dar color y ser un poco más agresivo, en caso de necesitarlo.
Teniendo todo esto, muchas veces vamos a llegar a momentos en los que tengamos que sacrificar una cosa por otra. Dicho de una manera mas específica, habrá momentos en los que, por ejemplo, tengamos que sacrificar el brillo de una mezcla opaca, con el fin de no resaltar sibilancia en las voces o un hihat abierto, etcétera. Esto lógicamente en un caso especial donde no se pueda regresar a la mezcla para hacer la debida corrección.
Para concluir, el arte del compromiso es la habilidad de poder saber decidir cuál es el mejor color que se le puede dar a una mezcla, con el fin de responder a las exigencias de producción musical y que el master final tenga una respuesta que técnicamente funcione adecuadamente en cualquier sistema de reproducción.
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