Por Camilo Ardila Granados
Coordinador Académico Producción Digital de Sonido
Academia de Artes Guerrero
¿A quién no le ha pasado que en una producción musical se pierda tiempo valioso en el estudio de grabación por problemas técnicos o porque los músicos llegan sin ensayar o incluso llegan a terminar los arreglos en el tiempo de grabación? ¿O que un músico o ingeniero no llega a la sesión de grabación y ni siquiera llama para avisar? ¿O que se pierdan las sesiones de grabación y/o mezcla porque se daña el disco duro o se robaron el computador? ¿O que se detenga la producción por problemas interpersonales entre los participantes de la producción? ¿O que al final del proceso nos damos cuenta de que se tuvo que mezclar y masterizar en 3 días, mientras se utilizaron 8 semanas para hacer arreglos, 6 para ensayar y 4 para grabar?
Alguien puede pensar que los ejemplos son exagerados, pero no lo son, yo he podido conocer casos reales en los que ha ocurrido cada una de estas situaciones y podría seguir enumerando muchas más.
Para llevar a cabo con éxito una producción musical se deben tener en cuenta varios aspectos adicionales a los procesos claros y evidentes de composición, grabación, mezcla y masterización. Estos aspectos son de particular importancia, y aunque no sabemos qué pueda pasar a lo largo de la producción, estos ayudan a aumentar las probabilidades de tener un proceso de producción fluido y sin problemas. Hay muchos factores que el productor inexperto pasa por alto con respecto a la planeación de la producción, como por ejemplo algo tan básico y necesario como crear un cronograma de trabajo claro. Hay casos en los que pueda que sí se tenga un cronograma, pero la debilidad está en la calidad y el nivel de detalle, y aún más importante, en tener la disciplina necesaria para poder seguirlo a lo largo de las diferentes etapas que conforman la producción musical. El manejo del tiempo es, a mi modo de ver, la debilidad más grande que tiene la mayoría de productores principiantes y/o estudiantes de producción, sobre todo si tenemos en cuenta que en nuestro medio los tiempos de entrega siempre son un tema de prioridad.
Otro error común es la falta de claridad en las necesidades técnicas del proyecto y sus costos, esto, generalmente es debido a una ausencia total de la proyección de un presupuesto dentro de la producción. Tampoco se tiene claridad sobre los aspectos legales y normalmente no se dejan definidos en los documentos necesarios (registro de canciones, contratos con terceros como músicos, estudios, proveedores, etc.). Es muy común ver que las producciones musicales se llevan a cabo de una manera muy informal, por ejemplo he visto en repetidas ocasiones que los músicos ni siquiera tienen claridad sobre quién o quiénes son los compositores de las canciones e incluso no saben reconocer la diferencia entre los compositores y los que se involucraron solamente en el área de arreglos musicales y, como es de esperar, esto genera muchos roces y problemas. Todos estos factores de debilidad son tareas que el productor debe realizar y/o verificar en la etapa de preproducción, etapa que es muy subvalorada y que es de vital importancia.
Para desenvolverse como productor musical se deben tener conocimientos no sólo en música e ingeniería de sonido, también se debe tener una visión clara de lo que cada artista quiere expresar y se debe saber cómo proyectarla. Un productor musical debe conocer la industria musical y en la medida de lo posible estar relacionado con ella, y así mismo se deben tener buenos fundamentos en gerencia de proyectos y buena capacidad en el manejo de las comunicaciones interpersonales y manejar muy bien la inteligencia emocional. Esta última cualidad, la considero como una de las más importantes en un productor musical, manejar las habilidades psicológicas para entender nuestras propias emociones y las de los demás y utilizar esta información para guiar nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento, esto nos permitirá ser verdaderos líderes del proceso y obtener lo máximo de cada uno de los participantes de nuestra producción.
En conclusión, el productor debe tener gran capacidad de organización y planeación, y tener ciertas habilidades adicionales como persona, las cuales se deben relacionar con un grupo de individuos con diversos talentos y personalidades y poder sacar el máximo provecho de todos y cada uno de ellos. En la actualidad todo esto ha venido mejorando bastante gracias a que la producción ha pasado a ser un área de conocimiento con formación académica, lo que le facilita al futuro productor la apropiación y el entendimiento de todos estos factores y de esta manera se está logrando tener en nuestro medio personas cada vez más capacitadas y conscientes de su labor.
Porque el proceso de producción musical es mucho más que componer, grabar, mezclar y masterizar, y las áreas de conocimiento del productor musical van más allá de la música y la ingeniería de sonido.
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