Por Mauricio Andrés Rodríguez - @mguezz
Un día cualquiera en el estudio de grabación…
-Hola, soy SBEX,vengo a grabar unas tomas de batería.
“Otro día más en la guerra de la producción musical” piensa para sí mismo el ingeniero de grabación. Respira y recuerda en una fracción de segundo a todos los SBEX (SuperBateristas-EXtraordinarios) que ha grabado en su vida, los pocos que si eran extraordinarios por buenos, y también a todos los que eran extraordinariamente malos.
-Claro, ¿qué tienes en mente? ¿Cómo te gustaría sonar?
No hubo pausa en la respuesta, como si SBEX tuviera la respuesta en la punta de la lengua, como si lo hubiera practicado en el Transmilenio.
-¡Me alegra que lo preguntes! Mira… mi estilo requiere que el bombo sea como el de Zeppelin, el redoblante si es más Slipknot, el tom de piso como el de Pantera, los 5 toms de aire si quiero que suenen electrónicos, tipo Depeche Mode, el hi-hat me gusta bien Foo Fighters y que los platos suenen durísimo y bien crudos tipo 50 Cent.
“Ok, esto no va a ser fácil”, se lamentó el Ingeniero.
-Ah, y hay unas partes que le meto un cencerro tipo Gran Combo de Puerto Rico.
Ahora mi querido lector, esto no significa que SBEX sea el malo de la historia, sólo significa que SBEX está diciendo algo que para el Ingeniero es una absoluta incoherencia. Es como cuando un publicista le dice a un músico “quiero que me haga una canción que sea como jazz, como rock, que tenga un ambiente misterioso caribeño pero que sea urbana, en Sol menor y tenga un beat de discoteca como de Mi Mayor”. Sin sentido. Sin embargo SBEX puede ser culpable de no saber el lenguaje correcto para expresar lo que espera de la grabación, no obstante puede que SBEX realmente sea un extraordinario baterista que solo necesita un poco de ayuda en la parte técnica.
Traduciendo
La música es un lenguaje y el audio otro lenguaje, ambos hablan de lo mismo pero en formas muy diferentes. El hecho de ser un gran cantante, pianista, o baterista no lo hace a uno automáticamente un gran ingeniero de sonido. Para grabar una batería nos toca empezar de cero, como si no supiéramos nada, como aprendiendo un idioma nuevo.
La Batería no son sólo tarros y platos
Claro, yo entiendo a los bateristas, supongo que pasar la mitad de la vida mirando esos círculos vibrar a punta de golpes con un palito les hace oír esos tarros de una forma muy particular. Es natural que el historial del navegador de internet de un batero sea en un 90% la lista de platillos, platillitos, y platillotes de la Zildjian y tan sólo un 10% de porno (lo cual es bueno considerando los altos porcentajes de porno en los computadores de los bajistas).
Sin embargo para grabar una batería tenemos que comenzar por ver que la batería no es sólo un montón de tarros y platos, estos tarros y platos conforman el elemento rítmico más fuerte en una canción. Y ojo, no son los únicos elementos rítmicos de una canción; una guitarra rítmica con cuerdas metálicas es en ocasiones usada en ritmo de semicorcheas para reemplazar al hi-hat pues ambos actúan en el mismo rango de frecuencias. El sonido de una batería en una canción es el resultado del sonido colectivo de todos sus instrumentos; cuando se añade el bajo, guitarra, sintetizadores, pitos, etc., lo que estamos percibiendo como el sonido de la batería es en realidad el sonido de la batería -como resultado de la interacción con los otros instrumentos presentes-.
SBEX bien había podido llegar pidiendo que su batería sonara como la de Nirvana y estaría igualmente pidiendo algo absurdo pues para lograr esa batería, también tendríamos que lograr ese bajo y esas mismas guitarras de Nirvana. De golpe SBEX se va muy contento jurándose el Kurt Cobain de Chapinero y al final a nadie le gusta su superproducción porque suena a un Nirvana-Wanna-Be. Su disco de 40 millones de pesos es una copia de una banda gringa ya fuera de contexto.
Entonces si la superproducción de SBEX va a ser original y emocionante o una copia-a-la-criolla arranca con la forma como produce la batería, el beat, el alma de la canción.
-KAAANC… KAAANC…KAAANC…
Suena el despertador y SBEX se levanta de su sueño de estar grabando en un estudio de grabación de alta gama. Se incorpora a la realidad y baja al garaje que adecuó para poder ensayar con la banda. Mira el espacio, es pequeño, las herramientas limitadas, la batería no es la mejor… la otra opción por supuesto es dedicarse a trabajar en un banco para poder pagar horas en el estudio de sus sueños. Está decidido, vamos a grabar.
Si huele a picho, se ve picho, parece picho… ¿al final queda rico?
La batería tiene que sonar bien para empezar. Uno tiene que pararse frente al batero y oír, tiene que sonar bien en vivo. El batero tiene que proporcionar un sonido uniforme, si frente a la batería el redoblante suena durísimo y el bombo suave, no se puede esperar que del otro lado de la consola la cosa suene mejor. Esto hace parte de la preproducción, hay que trabajar con el baterista para que el groove se ajuste a la canción, que entienda que en X sección hay que bajarle al hi-hat porque entra una guitarra acústica, y que en X sección el bombo en negras tiene que estar súper presente.
Por otro lado, el instrumento en sí debe sonar bien, parches en buen estado ayudan, y ojo con el ruido de la silla del batero. Hay que ubicar la batería en un lugar donde suene bien y muchas veces no es en el lugar más obvio, a las baterías les gusta el espacio y en general lugares con techos altos permiten más posibilidades. Así mismo una batería grabada contra una esquina puede que resalte algunos bajos por el efecto de la acumulación por los modos en las esquinas, lo que para una canción es un error, para otra es ese sonido mágico que le da vida, todo depende de la canción.
Menos es más
Esa idea que grabar una batería es cuestión de meterle 14 micrófonos carísimos corresponde a tan sólo una ideología de producción, pero no es la única. La idea es producir un beat, un ritmo que mueva al oyente, el cómo se hizo, no tiene ninguna importancia. Si el groove se logra con 1 o 14 micrófonos es irrelevante para el oyente, así que no hay reglas. Pero cuando estamos arrancando a grabar baterías es mejor no tomar la ruta de los 14 micrófonos, no sólo es más costosa sino que además, cuantos más micrófonos cubran la batería más posibilidades hay de errores de fase (otro día hablamos de eso). Es perfectamente plausible lograr una grabación muy decente con tan sólo 2 micrófonos, muchísimas de las grabaciones legendarias del jazz son capturas con 1 o 2 micrófonos (ya en la edición pasada habíamos hablado de Zeppelin produciendo “When the Leeve Breaks” con 2 micrófonos). [Lea también BATERÍAS - PARTE 1]
¿Dónde los pongo?
Una buena forma de oír “como un micrófono” es con una mano taparse un oído y la otra ponerla detrás de la oreja a manera de concha de tal forma que uno oiga primordialmente de adelante. De esta forma podemos pedirle al batero que toque el groove y poder buscar una posición aproximada para la ubicación del micrófono.
- Bueno pero ¿dónde pongo lo micrófonos?, pregunta impaciente SBEX.
- Esa es la magia mi amigo, responde el ingeniero, en saber dónde suena bien y dónde suena feo.
Tranquilos, en la próxima edición de Ars Futura les ayudo a ponerlos.
ARTICULOS RELACIONADOS:
INTERFACES DE AUDIO: ¿CUÁL ES PARA MÍ?