Por Andrés Gómez - @dresnapolux
El disco de LosPetit Fellas se puede escuchar en internet, no hay que salir muy lejos para encontrarlo. Es fácil conectarse sin conocer los trabajos previos de la banda. Son buenos músicos, se nota que tocan mientras toman sorbos de cerveza y revisan en las redes sociales el paso del tiempo perdido.
La ventaja de Historias mínimas es que se puede escuchar completo un sábado en la noche mientras la mente pretende estar de fiesta y el cuerpo parece estar muerto de aburrimiento, cuando se reanuda el círculo vicioso de las preguntas de alguien que espera el timbre de su teléfono, la llamada definitiva. Por eso uno imagina que ya los había escuchado porque se parecen a Illya Kuriaky a Plastilina Mosh a Los Tetas de Chile o al Instituto Mexicano del Sonido. Suenan a lo que no hicieron los de Diva Gash, pero pueden llegar a hacer. No es raro que alguien diga que es un grupo que llegó tarde, aunque llegara con un disco que tiene poco de nostalgia.
Se trata de una banda de seis, six fellas: uno en la voz, dos en la guitarra, tres en la batería, cuatro en el teclado, cinco en el bajo y seis en el saxofón. Una combinación funky-rocker-soul-jazz-hip hop, que activa en la memoria discos como The Uplift Mofo Party Plan de los Red Hot Chili Peppers donde el rap se sostenía sobre todas las variaciones de la música rock del mundo. Y las Historias vienen en clave de rap retando la conciencia social de los que rapean en los más recónditos lugares de la selva de cemento bogotana.
Hay discos diurnos y nocturnos, este es un disco que registra la noche reflejada en el parabrisas de un Chevrolet Impala (donde caben los seis fellas) y el mundo se construye como en una fiesta Antes de morir como dice la canción que cuenta con la cantante del grupo mexicano Hello Seahorse, y precede la ya conocida y ecléctica Rock N’ love. Dos canciones para desencadenar las imágenes de los que siempre están a punto de iniciar esa fiesta en la que parece que no habrá un después.
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El tema que le da al nombre al disco cumple con los anuncios de bandas de jazz, los seis fellas hacen gala de su virtuosismo durante ocho minutos honrando los discos de los Beastie Boys que seguro desempolvan para hacer scratches en el tornamesa junto a sus invitados DJ Pho y XarXupleX cuando tocan Hoy o Skillz. Un momento que da el tono del resto del disco en el que la voz de Nicolás Fella hace lo suyo conectando el pasado con el presente apoyado por el productor Pipe Bravo, la voz de Superlitio, que concreta el disco en un concepto.
Manual de instrucciones para conducir de noche paga la entrada al disco (de los más roqueros), es una canción de carretera que resuelve un amor desgarrado. Brindo hace lo mismo con los que quieren seguir la fiesta invitados por el hipnótico estribillo: cada vez que tocamos, tú bebes.
Brindemos pues por LosPetit Fellas, cronistas de la noche revelada a través de las historias de una banda que celebra el fin de “la hora zanahoria” y de las fusiones que concretan el color local de una ciudad.
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