Cuando la cumbia reinventó el punk!
El documental Joe Strummer: The Future is Unwritten llamó la atención de quienes vieron la cinta en Colombia hace un tiempo. Sólo se necesitó de un minuto para generar revuelo, y la razón era simple: pocos imaginaban la existencia de una posible relación entre el punk y la cumbia. Estas líneas resumen una serie de enlaces a tener en cuenta. Muchos de ellos son fortuitos, pero no por ello la historia deja de ser interesante. En el fondo, este encuentro significó la reinvención de una estrella de rock.
Por Juan Alejandro Lopera – @cubara
La inquietud de muchos se despertó porque, casi hacia el final de la película, el cantante de The Clash besa un casete marcado con el nombre de Andrés Landero, luego de mencionar lo mucho que disfrutaba su música. En otro aparte, se incluyó un fragmento de su programa de radio London Calling (la grabación original de esa emisión está disponible en YouTube), mientras presentaba un tema del “Rey del Acordeón”. Eso volvió a poner en el mapa de algunos al hombre nacido en San Jacinto.
Andrés Landero fue un músico que nunca dejó de trabajar la tierra. La vida del campo estuvo siempre presente en sus canciones, pero eso era tan solo parte de su sello personal. Sus pares y los expertos en el tema reconocen la influencia de la música de gaita (muy arraigada en los Montes de María) en su manera de interpretar el acordeón. Aunque tal vez no supo de cierto ideal ético resumido en la frase “Do it yourself”, Landero aprendió a tocar por su cuenta.
Su estilo particular impregnado de cumbia no le permitió coronarse como Rey Vallenato en Valledupar. En todo caso, eso no le impidió ser considerado como digno miembro de la realeza en otras tierras. La música de Andrés Landero llegó a muchos lugares de Latinoamérica, pero la recuerdan con mayor cariño en Argentina y, especialmente, en México.
Joe Strummer vivió en ese país parte de su infancia. Su padre, un funcionario del servicio diplomático del Reino Unido, fue trasladado allí hacia finales de los años 50 del siglo pasado. En el documental, la voz de Strummer recordó su paso por una escuela en donde nadie hablaba inglés.
En ese tiempo aparecieron las primeras grabaciones de “cumbia mexicana”, llamada así por los músicos colombianos para diferenciarse del sonido más “metálico” del país azteca. A México llegaron después varios intérpretes desde Colombia para grabar y tocar cumbias, además de discos como los del mismo Andrés Landero.
Sin embargo, esto no es más que una posible y curiosa coincidencia de fechas. Tal vez Strummer escuchó alguna cumbia cuando era niño, pero eso sería muy difícil de probar. Tampoco es claro si los discos de Landero ya habían llegado a México por la época en que Strummer vivió allí, pero pareciera que ese no fue el caso. Por otro lado, Joe Strummer fue un viajero durante toda su vida. Además de interesarse por diversas culturas y movimientos sociales, se inspiró en elementos que tomó prestados de muchos lugares del planeta.
¿Pero cómo conoció Strummer la música de Landero? Él mismo lo contó en su programa de radio para la BBC. El responsable fue Jason Mayall, hijo del músico de blues John Mayall. Jason fue uno de los camarógrafos del DVD Under Blackpool Lights de The White Stripes. También es el programador artístico del Fuji Rock Festival de Japón, y el mánager internacional de Narasirato (un conjunto de música tradicional de las Islas Salomón que grabó su primer disco gracias al apoyo de la Fundación Joe Strummer).
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Durante una visita a Colombia, Jason encontró la música de Landero en medio de discos ya pasados de moda, que luego compartió con sus amigos. Un breve y buen recuento de esa historia puede encontrarse en un artículo de Mario Galeano (Frente Cumbiero), disponible en Internet. Jason Mayall fue uno de los invitados a la más reciente edición del Bogotá Music Market (BOom), en donde habló muy bien de varios artistas locales.
Además del reconocimiento a la cumbia que inspiró varios artículos previos, ¿por qué ese minuto del documental es tan importante? Gracias al casete de Landero, además del espíritu comunitario en torno a la música electrónica y las fogatas del festival Glastonbury, Strummer adquirió el valor y los elementos para reinventarse. Tras varios proyectos fallidos en distintas áreas, esa atmósfera y el apoyo de sus amigos le dieron el impulso para volver a hacer música. Joe Strummer and The Mescaleros fue un reflejo de varias influencias que recibió durante su vida, incluyendo la de Landero.
Ese fue su legado en la vida de Joe Strummer; sus cumbias se convirtieron en el empujón que necesitaba para recuperar la felicidad en su vida, desprenderse de su pasado y dejar de ser, simplemente, “el cantante de The Clash”. El beso que Strummer le dio a un casete marcado con letras negras simbolizó un momento en el que la cumbia “reinventó” al punk.